
“EL GRAN MANDAMIENTO, AMOR A DIOS”
“Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” Mar 12:29,30
Estamos en el mes del amor, pero es bueno que definamos primero qué es. El Nuevo Testamento fue escrito originalmente en una variante del idioma griego llamada koiné o “lengua común” (para diferenciarlo del griego clásico) y tiene dos verbos que se traducen al castellano como amor, ellos son: (1) Agapao (ágape) que describe la actitud de Dios hacia su Hijo Jesucristo, el hombre y los creyentes, además de las relaciones entre los cristianos. El amor de Dios se muestra en la dádiva de su Hijo (1Jn_4:9-10). Pero no esta basado en méritos humanos sino en Su voluntad deliberada (Su gracia) y el amor en la iglesia es fruto de ese amor. (2) El otro verbo es fileo que se distingue de agapao en que denota más bien un afecto entrañable y no se usa en ningún mandato a que los hombres amen a Dios así; Este es un amor desprendido, dispuesto a servir. En sus dos variantes principales agapao y fileo, el amor es más que un sentimiento, es una decisión y como tal lo debemos considerar, primero en nuestra relación con Dios y luego entre nosotros.
La foto que aparece en la portada del boletín de hoy es de una Menorá que tomé en el parlamento de Israel (Knéset) y es una obra de Benno Elkan, realizada en 1956. Por medio de figuras a relieve aparece la historia del pueblo de Israel, y con toda verdad el artífice de la obra pone en el medio de la columna central de la menorá la fe monoteísta del pueblo hebreo, base y sustento de toda su historia y exhortación y deseo también de todo cristiano insertado cual olivo silvestre en su rica sabia (Romanos 11:17-24) esa declaración a la cual se le llama Shemá, dice así: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Deu 6:4,5) agregando a continuación la manifestación práctica de ese amor: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.”
Jesús nos dice, en el Nuevo Testamento, que esa declaración es el más grande mandamiento para el pueblo de Dios, como dijera Agustín de Hipona siglos después resaltando el mandamiento: “Ama a Dios, y haz lo que quieras”, lo cual siempre sería bueno porque amar a Dios implica la obediencia a Sus mandatos.
Veamos cómo podemos expresar nuestro amor a Dios si queremos cumplir el más grande de todos los mandamientos:
Miami, 9 Febrero, 2020 Mes del Amor