“LA MISIÓN DE LA IGLESIA, VIVIR CONFORME
A SU NATURALEZA”
1 Pedro 2:9,10

Getsemaní, fábrica de aceite, lugar de bendición, sitio para tomar
decisiones. La meta de nuestra Iglesia ha sido en toda su historia que
Dios nos ayude a cumplir con esos grandes propósitos, nada ha
cambiado, porque toda persona que llega nuestro templo debe sentir
que éste es un lugar de bendición, donde se recibe la unción del espíritu
Santo, se ora en armonía, se libran batallas por arrebatar las almas al
enemigo y se logran grandes victorias de salvación.

 

El Rev. Copeland, pastor de West Flagler Baptist Church, fue nuestro
primer pastor cuando Getsemaní era tan sólo un departamento hispano
y fue de mucha bendición en nuestros inicios; al igual que Reno y
Bohemia García, Norell y Eddie Pope, el Rev. Daniel y Mercy
Rodríguez, pastor organizador, el Rev. Benjamín y Carmen Valdés y
otros que tienen sus páginas en la historia de nuestra Iglesia. Ellos,
unidos a muchos más, han “labrado, cuidado, bendecido, orado y
entregado sus vidas” para que este “huerto” produzca. Ellos soñaron
que Getsemaní fuera ese lugar especial que siempre es recordado con
cariño.

Getsemaní, es una palabra no traducida, o sea una transliteración y se
encuentra en los idiomas más antiguos del mundo, como arameo,
árabe, hebreo, acadio, ugarítico, tigriño y otras lenguas semíticas.
En arameo, el idioma de Abraham, Getsemaní es Gath Shemânîm, que
significa “prensa de aceite de oliva” e identifica un lugar en la falda
occidental del monte de los Olivos donde Jesús acostumbraba a
retirarse a orar.

 

Quizás recibió su nombre de una prensa de aceite que
había en la zona. Era una propiedad privada, tal vez de uno de sus
discípulos. Desde el huerto de Getsemaní, se puede ver la Puerta
Dorada del muro de Jerusalén, tapiada en la actualidad y que dice la
tradición judía algún día se abrirá para dejar entrar al Mesías.
Dios bendiga nuestro “huerto”, lo haga florecer y siempre seamos como
“olivos verdes en la casa de Dios y que en la misericordia de Dios
confiemos eternamente y para siempre”. (Salmo 52:8).

Amén.

 

 

Miami, 28 de Marzo, 2021. Mes de la Iglesia

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