
“QUINTO MENSAJE A LA IGLESIA GETSEMANÍ, S É VIGILANTE Y AFÍRMATE” “Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios”
Apocalipsis 3:2
El museo de cera de Madame Tussauds en Londres es uno de los puntos más populares entre quienes viajan a la capital del Reino Unido. Cuenta su historia que Marie Tussaud aprendió en el siglo XVII el arte de crear figuras de cera de la mano de un tío. Tras la muerte de su maestro la británica decidió hacer una exposición con sus mejores obras y cosecho un gran éxito. En el año 1835 abrió su primer museo en Londres. Las figuras tienen tal calidad que en ocasiones resulta hasta confuso mirarlas. Tanto es el realismo que el museo consigue traer a la vida escenas de la ficción que hacen que te sientas como dentro de una película. Por supuesto, lo primero que no podía faltar en el Museo Madame Tussauds de Londres es la Familia Real Británica. también la zona de los políticos se encuentran algunos de los mandatarios más importantes del mundo como Nelson Mandela, Donald Trump junto a algunos políticos británicos como Boris Johnson. En la parte de los artistas es posible encontrarse con Michael Jackson, Madonna, Adele y otros famosos. También es posible retratarse con Steven Hawking y Albert Einstein. Son estatuas perfectas, con las mismas medidas y colores de los hombres y mujeres originales, pero ¡Son de cera! Parece que están vivos, pero están muertos. Así era la iglesia de Sardis, recipientes del quinto mensaje de Señor Jesucristo a las siete iglesias de Asia Menor, pero, ¿Es tan solo para ellos? Veamos algunos datos históricos de esta ciudad: Sardis era el ejemplo más típico del contraste entre un pasado esplendoroso y un presente ruinoso. Sardis era la ciudad degradada. Había sido una de las mayores capitales del mundo. Allí reinaba el rey de Lidia sobre su imperio con esplendor oriental. Su posición, en lo alto de una montaña, la hacía casi inexpugnable, ella permanecía como una atalaya gigantesca vigilando el valle que estaba a sus pies. La riqueza de Sardis era legendaria. El más famoso de sus reyes fue Creso, cuyo nombre se hizo proverbial hasta el día de hoy por su riqueza. Este hombre se embarcó en una guerra con los persas sin estar preparado y fue el final de la grandeza de Sardis. Sitiado en su inexpugnable ciudad el rey no se preocupó en lo más mínimo, allí estaría seguro, se recuperaría y lucharía después. Pero, un soldado persa descubrió una grieta al pie de la muralla y guió a un pelotón de soldados en la escalada. Cuando llegaron a las fortificaciones se las encontraron totalmente indefensas. Los de Sardis se consideraban demasiado a salvo para tener que montar la guardia y esa fue su ruina. Una ciudad con una historia así debía saber lo que le quería decir el Señor con la frase: “¡Sé Vigilante y afírmate!” ¿Cómo estamos, vivos o muertos? Veamos en este día:
Miami, 19 de enero, 2020 Mes de la Mayordomía Integral